lunes, 1 de diciembre de 2008

lunes.

Me siento mal. Fisicamente, higado o estomago. Me tome el tren al borde del desmayo y con ganas de vomitar. Vomitar en el tren lleno sin salpicar (que asco) hubiese sido mas dificil que... vomitar sin salpicar en el tren, lleno. Me la banque, como un duque. Llegue a retiro y las ganas de vomitar volvieron, avivadas por los gritos de los vendedrores de chipa, de churros y los hijos de puta que se comen un Paty a las nueve de la mañana. Mire para abajo y camine mas rapido, cruze la plaza, Alem y agarre por Reconquista, que ahora es peatonal. Llegua al edificion con una cosa en mente, sentarme, quedarme quietito y escuchar el Köln Concert. Keith Jarret es un reconocido pianista de jazz, y para este concierto no preparo nada, se sento al piano y empezo a tocar la musica mas hermosa que escuche en tiempo, impresionante. Todo improvisado, verdaderamante improisado. El disco esta separado en cuatro partes, elijo la primera y con la cuarta nota, el puto de mierda ya empieza con los telefonos, la central y trama digital.
Por que, Dios, digo por dentro y elevo mi mirada al cielo, tambien por dentro. Aca hay un hijo tuyo que no sufre tanto como otros, que tiene una pena chica, algo de facil solucion... cancer o algun accidente que le impida a este proto-hombre llegar al decimo piso, y estar aca al lado mio haciendo de los dias un dolor agudo, vomitando en un tren lleno de juan petittos, sin intentar sacar la cabeza (de puto) por la ventanilla.

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